Cuando 2013

Supongo que será la influencia de haber trabajado en medios de comunicación desde que era un crío, pero no me resisto a hacer mi propio y endogámico resumen del año 2013. Pero ni voy a tirar de hemeroteca ni de archivos, voy a hacerlo con las tripas, con las mías, que son las que mejor conozco. Debido a esto no habrá orden ni concierto, como la vida misma, vamos.

Recuerdo que el año empezó agridulce, por una parte celebrando el año nuevo con mi mujer y un buen amigo y por otra con la amenaza cada vez más cercana del cierre de Punto Radio –me niego a llamarla ABC, era Punto Radio– que se concretó tres meses y medio después. Fue un día muy emotivo, con amigos y compañeros con los ojos rojos en la redacción, con un Luis del Olmo amargado por esta situación tan surrealista… A mí me habían echado de muchos sitios, ora por baja audiencia del programa, ora por temas políticos, pero nunca jamás había sido testigo en primera persona del cierre de un medio de comunicación. La estafa esta que han llamado crisis se cobraba otra pieza.

Entonces todo empezó a cambiar. El primero yo. Comencé a disfrutar de cosas que antes se me escapaban como cocinar deliciosas cenas por la décima parte de lo que me costaban en un restaurante, releer libros que mal leí en su momento, reparar cosas que antes tiraba, etc. Me negué a que la crisis me afectara más allá de lo económicamente obvio, me hice la firme promesa de que nos dejarían sin un euro, pero no sin sentido del humor.

Llegó La Noche, con mayúsculas, esa noche en la que fui capaz de comenzar a escribir una novela, de humor absurdo, como a mí me gustan, y de crear 60 páginas de tirón. Me sentí el hombre mas vivo sobre la Tierra. Las carcajadas de mi mujer cuando la empezó a leer me animaron a seguir. Y seguí y seguí y seguí y escribí otra y llegaron las primeras buenas críticas, el apoyo de amigos de Twitter y mis libros alcanzaron los primeros puestos de ventas en Amazon, y me sentí millonario…

En el camino conocí a Luis Endera, un loco que estaba peleando por financiar mediante crowfunding su primera película. Obviamente lo ha logrado. A Bruno Nievas, pediatra y escritor cuya primera novela fue rechazada por varias editoriales, la colgó en Internet y hoy se lo rifan. A Javier Muñiz, tan creativo como joven, que ha tenido la genial idea de convertir su CV en un videojuego y lo han entrevistado desde todas las esquinas del planeta. A Enrique Laso, marketiniano y runner, que ha sido numero uno mundial en Amazon sin el apoyo de una editorial detrás. A Gabri Ródenas, escritor con una visión de la promoción única, capaz de invitar a café a sus lectores y de incluir bandas sonoras a sus libros. A Blanca Miosi, autora peruana que derrocha generosidad en su trato e historias soberbias en sus páginas. A Lidia Herbada que ha actualizado al siglo XXI el concepto de comedia romántica. A más gente increíble que me han ayudado, apoyado, leído y corregido y de las que he aprendido tanto estos meses.

De este 2013 me quedo con maravillosos momentos, como cuando llegó a casa mi primer libro en papel; cuando mi mujer empezó a trabajar y me dijo “Tú dedícate a escribir”; cuando mis amigos Yago, Robert, Toni, Vicente, Rita y Sacha me mejoraron el final y medio libro de “Una conspiración mundial secuestró a mi perro…”; cuando mi exjefe y aún así amigo, Juanra Lucas, me escribió el prólogo de ese mismo libro; cuando mi cuñada y aún así también amiga, Cristina, me hizo la portada de “Antonio mató a Luis…”; cuando Endera me llamó para decirme que quería llevar esta novela al cine…

Otros “cuandos” que me encanta recordar son: la paella en casa de Kikolo y su mujer, con esa perra Tara que nos enamoró a todos; las copas con Marta, Franxo y Pani en Valencia, con ataques de risa incluidos; las visitas a Córdoba con la enorme generosidad y amor de Fran y Merche; el nacimiento de una camada de gatitos en casa ejerciendo yo de comadrona de Carlota, inexperta madre a sus nueve meses; el final del Master de mi mujer, saltándose las lágrimas de la emoción…

Han sido tantos “cuando” que, echando la vista atrás, este 2013 ha sido un año cojonudo.

Gracias a todos, menos al Gobierno.

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